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martes, 7 de enero de 2014

COMPRENDIENDO EL MÉTODO


COMPRENDIENDO EL MÉTODO



¿Qué es un Código Curativo?

Un ‘Código Curativo’ es un conjunto de fáciles posiciones de las manos, que se ubican, durante el tratamiento, sobre ciertas zonas de la cabeza y el cuello.
Las posiciones curativas con las manos lo que hacen es, a través de la energía, producir desbloqueos y desinstalar energías no saludables grabadas en la memoria celular. Pero las manos no son lo más importante en realidad, sino la energía de la autodeterminación. Cuando nos disponemos a realizar la tarea de sanación interior, aunque no lo sepamos conscientemente, abrimos una puerta interna a una luz de cura muy poderosa que todo ser humano tiene en su interior. El “interruptor” que enciende esa ‘luz interna’ es la autodeterminación a curarnos, entregándonos a los cambios necesarios que de ello puedan devenir.
Un Código Curativo puede ser de tan solo una sola posición de las manos, pero generalmente consta de varias posiciones que van cambiando y rotando cada aproximadamente 30 segundos hasta completar el tratamiento que dura entre 3 y 10 minutos, como mínimo. Estos son tiempos estimativos, ya que hay que fluir según el sentir y la necesidad. La regla básica es ir rotando por todas las posiciones de un Código Curativo, hasta sentir que ya es suficiente.

El método de los Códigos Curativos revela cuatro centros curativos localizados en la cabeza y el cuello. A saber:

-          Puente: Es la zona del entrecejo, relacionada a los procesos endócrinos y a la glándula pineal.
-          Sienes: Los costados derecho e izquierdo del cráneo, relacionado a las funciones del cerebro e hipotálamo.
-     Mandíbula: Zona justo debajo de los lóbulos de las orejas, relacionada al cerebro reactivo emocional; incluye médula espinal y sistema nervioso central.
-       Manzana de Adán: La parte anterior e inferior del cuello, relacionada al sistema nervioso central y a la tiroides.              
                                           
Esas 4 son las zonas del cuerpo donde se posicionan las manos.
La posición de las manos consta de dirigir la yema de los 5 dedos de cada mano hacia una de esas 4 zonas descriptas. Veamos el ejemplo en cada caso:

Posición de las manos sobre el “PUENTE”: Se juntan las manos y se apuntan la yema de los 10 dedos hacia la zona entre las cejas, manteniendo la posición a una distancia de centímetros de la cara, sin tocarla.

Posición de las manos sobre las “SIENES”: Las manos se colocan a los costados respectivos de la cabeza, encima de la oreja (siempre a cierta distancia, sin tocar la cabeza). Es decir, que la izquierda apunta con los 5 dedos hacia el cerebro izquierdo, mientras que la mano derecha apunta con los dedos hacia el cerebro derecho.

Posición de las manos sobre la “MANDIBULA”: Similarmente a la anterior posición, las manos se colocan a los costados de la mandíbula, ligeramente debajo del lóbulo de las orejas; siempre manteniendo distancia de centímetros de la piel.

Posición de las manos sobre la “MANZANA DE ADÁN”: En esta posición, similarmente a como se explicó en la posición del “Puente”, se juntan las manos apuntando ambas con la punta de los dedos hacia el cuello (zona de la tiroides)

Durante los tratamientos, según sean los casos, estas posiciones pueden combinarse; es decir que mientras una mano está (por ejemplo) sobre la posición de la Mandíbula izquierda, la otra mano puede permanecer sobre la Sien derecha; o por ejemplo, mientras la mano izquierda está sobre el “Puente”, la derecha se ubica sobre la “Manzana de Adán”, etc.
Imágenes de los ejemplos citados:
             
Una vez que se comienzan a practicar los tratamientos, puede verse que el sistema es muy simple, y efectivo. Quien no tenga disponibilidad, esporádica o permanente, de sus 2 manos puede hacer todo mentalmente, y el tratamiento será igual de efectivo.



Las 12 categorías de los Códigos Curativos

Hay 12 categorías de Códigos Curativos, y se dividen en 2 tipos:

1-      Los inhibidores de la curación.
2-      Las Virtudes curativas centrales.

1-      Los inhibidores de la curación:
Son 3: Falta de perdón. Acciones dañinas. Creencias no saludables.

2-      Las Virtudes curativas centrales:
Son 9: Amor. Gozo. Paz. Paciencia. Amabilidad. Bondad. Confianza. Humildad. Autocontrol.


Para quien recién se inicia en este método de curación, la forma más simple de hacerlo es comenzar a practicar los tratamientos desde el n° 1 hasta el n° 12, uno por día, es decir, que completará la práctica del método completo en 12 días.

Veamos en qué consiste cada día de auto-tratamiento:

Día 1:    Falta de perdón
Día 2:    Acciones dañinas
Día 3:   Creencias no saludables

(En esos 3 días se trabaja en los “inhibidores de la curación”)

Día 4:    Amor
Día 5:    Gozo
Día 6:    Paz
Día 7:    Paciencia
Día 8:    Amabilidad
Día 9:    Bondad
Día 10:   Confianza
Día 11:   Humildad
Día 12:   Auto-Control
(Desde el día 4 al día 12, como se ve, se trabajan las 9 Virtudes Curativas)


Para cada uno de estos ‘12 días’ existe un método de posición de las manos compuesto de “2 códigos”, que podrá verse detallado en el tratamiento de cada día de curación en particular.
Es decir que el día 1: “Falta de perdón” (por ejemplo), tiene 2 códigos curativos, es decir, 2 formas de posiciones de manos que se deben realizar, una primero, la otra después, para completar el tratamiento.  Estos 2 Códigos se pueden repetir varias veces durante el día (mínimo 2 veces). Guiarse por el sentir. Al terminar el ‘día 1’ del Perdón, al día siguiente, se procede de igual forma con el ‘día 2’, “Acciones Dañinas”, efectuando los 2 códigos de curación correspondientes, con las manos. Y así sucesivamente con el resto de los 12 días.
Esa es la técnica básica.
El libro original explica varias formas más de usar los Códigos, además de la ya explicada, y a quien le interesen esos métodos podrá leer el libro, pero quien escribe cree y siente (y así lo ha experimentado) que lo mejor es ir guiándose por el sentir, por la intuición, para ver qué Código trabajar primero y cuál después. Al menos en nuestra experiencia ese ha sido el método empleado, el del “sentir”, y ha sido clarificador, movilizador y útil. Al comenzar a trabajar un Código se van moviendo capas de la Conciencia, y de esa forma vamos sabiendo, se nos va revelando,  con qué aspecto es necesario seguir trabajando, paso a paso, sin necesidad de métodos rígidos estereotipados.
El método de los 12 días corridos, es para los que recién comienzan a experimentar, pero puede suceder que al 4° día, por ejemplo, ya no sientan seguir el orden numérico, y comiencen a guiarse por lo que sienten. De no ser así pueden rotar por los 12 días más de una vez, hasta poder ver cuál de los Códigos es el que más deben trabajar. Cuando lo ven, es necesario hacer ese ‘Código central’, es decir, el que hemos descubierto como el principal (al menos por el momento) durante varios días (3 a 7 días), o hasta que se sienta que es suficiente. Sentimos cuándo es suficiente cuando el síntoma de incomodidad interior se ha reducido o ha desaparecido. Después de un período de descanso, se puede retomar con el Auto-diagnóstico y el tratamiento.



El auto-diagnóstico

Uno debe observarse a sí mismo para descubrir cuáles pueden ser las zonas débiles u oscuras en las propias emociones y en la propia mente; ya que del auto-conocimiento se desprenderá la elección de los tratamientos. Además de observar nuestras emociones, debemos observar nuestras creencias, muchas veces camufladas o inconscientes, por esto el trabajo no será fácil al principio para quienes nunca se hayan observado a sí mismos detenidamente.
Aclaramos que observarse no es “pensar” en uno mismo, sino que es un estado de ‘alerta percepción’ para llegar a “ver” LO QUE ES, sin elección. Comúnmente el ser humano no quiere verse a sí mismo, o ve tan solo lo que “quiere ver”, pero se las ingenia para esconder “su sombra”. La ‘sombra’ es lo que no aceptamos ser, es lo que vemos ‘fuera’ de nosotros y a veces hasta condenamos en los demás, sin ver que muchas veces, eso que condenamos (o al menos algún aspecto de eso), está en nuestro interior; esa es nuestra ‘sombra’, lo oculto, lo no reconocido y aceptado de uno mismo.
El trabajo de auto-diagnóstico para saber cuál es nuestro ‘tema medular’ a tratar con los Códigos Curativos se basa, como se dijo, en el autoconocimiento, y la auto-observación atenta es el método.
Krishnamurti decía que “nos conocemos a nosotros mismos en la relación”, y esto es evidentemente una verdad, ya que en cómo actuamos, somos, y respondemos en la vida de relación; en lo que sentimos, pensamos y hacemos o dejamos de hacer durante la relación, podemos observarnos y ver ‘lo que es’, es decir, vernos tal cual somos, sin elección. Pero hay que aprender el “desapego” y la “imparcialidad”, para no torcer, modificar y distorsionar ‘lo que es’, debido a que pueda no gustarnos lo que vemos de nosotros mismos. El ‘mecanismo de negación’ es muy habitual en el ser humano. Este mecanismo psicológico de negación también debe ser observado para impedir que nos actúe e interfiera en nuestra auto-observación.
Para el auto-diagnóstico también podemos observar nuestro cuerpo físico, por que “el cuerpo habla”, dice un dicho…, y es verdad. Solo hay que saber escuchar qué nos quiere decir, qué nos está señalando nuestro cuerpo, ya que su “lenguaje” no es verbal sino a través de síntomas. Las nueve Virtudes Curativas Centrales (de la n°4 a la n° 12) se relacionan a zonas y sistemas de órganos del cuerpo; por lo tanto, conociendo la dolencia física, sin dificultad se encontrarán los Códigos Curativos de las Virtudes que se deben trabajar. Veamos un ejemplo: La rigidez del cuerpo, en huesos, músculos y articulaciones (especialmente en la columna vertebral) puede ser un síntoma de rigidez mental o actitud de inflexibilidad sostenida. En este caso, trabajar sobre la causa de la rigidez encontrando las creencias y emociones que la han generado, favorecerá al cuerpo físico influyendo en su cura y flexibilidad. Otra manera en que el individuo puede encarar el problema será  trabajando desde su cuerpo para flexibilizarlo (con Yoga por ejemplo); al hacerlo, esto tendrá un efecto sanador y reparador en el campo emocional y mental. Esto nos enseña que un problema puede ser abordado desde su causa, o desde el síntoma para llegar a la causa. Ambas formas son correctas y se pueden trabajar en conjunto.
Además de la autoobservación en la vida diaria y en la vida de relación es muy útil encontrar un momento de tranquilidad para rememorar recuerdos, ya que de esa manera, recordando vivencias pasadas descubrimos y  nos concientizamos de las emociones que esas experiencias generaron. Una experiencia frustrante y traumática puede quedar grabada en el subconsciente durante muchos años y hasta toda la vida, si no se hace algo al respecto. Rememorando recuerdos podemos llegar a esas imágenes en las cuales viven las emociones negativas y creencias no saludables resultantes y que acompañan cada día al individuo.
En la vida cotidiana, la influencia del “pasado” (de las imágenes traumáticas y de las emociones negativas asociadas) sobre el “presente” se hace sentir. Esto hace que el individuo se sienta como aprisionado en sentimientos, pensamientos, y respuestas mecánicas que generan más y más conflicto en su vida de relación. Hasta que no se decide a detenerse, a ver lo que sucede, y a trabajar en la sanación, no será libre de esa “prisión” de emociones en la que se encuentra, y del conflicto en la vida de relación.
Resumiendo, el auto-diagnóstico consta de la auto-observación de 3 aspectos: CUERPO FÍSICO, EMOCIONES, y CREENCIAS; y tenemos 2 herramientas útiles para diagnosticar esos 3 aspectos: la AUTOOBSERVACIÓN durante el fluir de nuestra vida, y la REMEMORACIÓN DE RECUERDOS. La primera debe ser constante, diaria y atenta; la segunda requiere de hacernos un tiempo para estar tranquilos y en soledad, en meditación reflexiva, para que los recuerdos comiencen a aflorar.
Si en el auto-examen vemos que hay más de una zona o aspecto que debemos trabajar, debemos ver cuál de ellos es el más grave, y comenzar por ese tema. Por el grado de intensidad de una emoción, la traba o bloqueo que manifiesta en nuestra vida, o por el contrario, la hiperactividad y estrés que nos produce, podremos evaluar y saber cuáles de los problemas listados deberemos tratar primero. Por lo general los problemas crónicos son los más graves, aunque no siempre los más molestos. La muerte de un ser querido, por ejemplo, puede ser la causa de una poderosa movilización de emociones, pero esa intensidad puede ser natural durante el período de duelo; mientras que ya pasado un período coherente para el duelo, si las emociones persistiesen durante mucho tiempo y la persona no puede superar su estado emocional, se transforma en algo crónico y no saludable, que hay que tratar.
Cuando tenemos en la lista de problemas varios temas que queremos abordar y no podemos calificar como de mayor gravedad o urgencia a ninguno, podemos emplear herramientas útiles que nos ayuden a resolver y decidir. Una de esas herramientas, para quienes sepan emplearla, es el péndulo. Para quienes conozcan su uso es innecesario decir más.

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Al hablar de AUTO-DIAGNÓSTICO no podemos dejar de tomar en cuenta, además de todo lo explicado hasta ahora, a las ‘energías foráneas’, que son aquellas que no tienen su origen o raíz en nosotros mismos sino en otra situación o entidad, y que también pueden afectar nuestra psiquis y salud. Este es un tema complejo para ser tratado aquí en detalle, así que solo daré algunas pautas.
Existen en el plano astral (plano correspondiente al mundo emocional y del deseo y el sentir), entidades ‘naturales’ y ‘artificiales’ que habitualmente influyen en el ser humano sin que este lo advierta. Es decir, que nuestras emociones pueden ser afectadas por dichas influencias invisibles.
Las “entidades naturales” son los seres desencarnados que, habiendo dejado su cuerpo físico tras la mal llamada ‘muerte’, están provisoriamente en el plano astral. Muchos de estas entidades-almas están desorientadas, confusas y angustiadas y se acercan a veces a las personas aun encarnadas en el plano físico para pedir guía y apoyo, cosa que muy rara vez consiguen, por que la mayoría de las personas no conocen bien ni perciben esta realidad conscientemente. Sin embargo, al acercarse, estas entidades-almas influyen con su energía áurica en el aura de la persona encarnada, que sin saberlo es afectada por la energía visitante. A veces, ciertas emociones, y hasta dolencias diferentes en el cuerpo se deben a la cercanía de estas influencias.
Las “entidades artificiales”, en cambio, son energías-forma de pensamiento que emiten las personas y que forman una nube de vibraciones, cuya cualidad y calidad dependerá del tipo de pensamiento emitido. Llamamos a estas energías “entidades artificiales” por que estas ‘formas de pensamiento’ (en realidad emoción y pensamiento unidos) cuando son poderosas llegan a formar algo semejante a una entidad con vida independiente, y se registran como “infecciones energéticas” en el individuo. Lo que estamos diciendo es que las emociones y pensamientos que emitimos afectan a los que nos rodean, y a la vez somos afectados por las emisiones de los demás. Existen muchas personas muy sensitivas (que no saben que lo son), y ante cada síntoma físico o emocional que tienen se lo atribuyen a sí mismos, ignorando que muchas veces están siendo “esponjas” de energías de otros. Las energías astrales, desde su propia dimensión, afectan a la vida del ser humano más de lo que este supone.
Concientizarse de este tipo de cosas es muy necesario, por que si hemos de trabajar en la curación interior, deberemos saber distinguir lo mejor posible cuándo un estado emocional es auténticamente nuestro, y cuándo es debido a una influencia foránea que nos está afectando en un momento dado. Este discernimiento no es simple, es todo un camino de aprendizaje, y requiere de sensitividad, atención, auto-observación, y auto-conocimiento.
Los Códigos Curativos funcionan cuando se trata de problemas y creencias no saludables (formas de pensamiento) de uno mismo (que usualmente son fortalecidas por ‘pensamientos-forma’ de otros…), pero cuando el problema o síntoma es por las influencias negativas que vienen directamente desde el ‘exterior’ se hace necesario aplicar otros métodos de limpieza y liberación. Es por ello que es necesario conocer de estos temas. De todas maneras, en quienes no se interesen por estos asuntos, (por que no todos se sentirán preparados para abordar una temática como esta…), los Códigos Curativos les beneficiarán igualmente, aunque en el auto-diagnóstico puedan a veces errar al no tener en cuenta el mundo de influencias ‘externas’ del que he estado hablando.
Para quienes puedan enfrentar está temática, existen métodos de limpieza del campo magnético individual (aura), y formas de limpiar energéticamente los objetos y los ambientes de una casa cuando sentimos o percibimos que es necesario hacerlo. Por ser este tema muy basto no hablaré de eso aquí; pero sí diré que poner en práctica métodos de limpieza energética puede ser un compañero muy útil del trabajo de sanación interior con los Códigos Curativos.
Dato útil: En el sitio donde se elije para hacer diariamente los Códigos Curativos suelen removerse energías internas añejas, que ni sospechábamos que pudiesen estar en nosotros (energías etéricas, astrales y mentales), que un sensitivo puede percibir y un clarividente observar. Conviene por lo tanto, después de hacer cada tratamiento con los Códigos, limpiar energéticamente el sitio como se sepa hacerlo; hay muchas maneras… Reiki es una de ellas, y puede ser acompañado de encender incienso y mirra, etc.



La actitud correcta ante los Códigos Curativos

            Mi experiencia personal con los Códigos Curativos me inspira a escribir sobre este tema.  En primer lugar hay que tener en claro que la base de toda sanación profunda es la disolución de las barreras y obstáculos internos, sean estas creencias condicionantes, emociones negativas o hábitos de conducta dañinos. Todos estos obstáculos y barreras están en el “yo” personal, en el “ego” (la conciencia que se siente separada: “sujeto-objeto”).  Sería más correcto decir que todos los obstáculos y limitaciones conforman el ‘yo’ psicológico. Todos los desequilibrios e insanias son  interferencias psicológicas de una conciencia aún limitada, condicionada, es decir, no liberada. La conciencia del hombre, en general, no está aún liberada de las limitaciones propias del ego inferior; por lo tanto, y según estos conceptos, podremos fácilmente dilucidar que sanación total implicaría la disolución del yo, de las barreras del yo.
            El yo psicológico está formado por “deseos” y “pensamientos”. Esos son los elementos constitutivos del yo, y todo el conflicto está allí.
Sanación es liberación del deseo, del apego y condicionamiento que el deseo produce, y del consecuente sufrimiento. (Esta es la base del Budismo).
No estoy diciendo que no hay que ‘desear’ ni ‘pensar’…, esa sería una errónea interpretación (en la cual habitualmente se incurre). Quien es libre interiormente, puede desear pero sin apego al deseo, sin que este lo domine, y puede pensar, pero sin apego a las ideas. Su conciencia de ‘ser’ está más allá del mundo del deseo y de las ideas, por lo tanto es libre de los condicionamientos comunes de tales influencias.
Con estos conceptos claros en nuestra mente, podremos investigar cuál será la actitud correcta al practicar cualquier método de sanación interior. Es decir que, todo lo que fortalezca al yo, aunque en un momento dado pueda parecer sanador, en el fondo no lo es.
Si durante la práctica de los Códigos Curativos ponemos énfasis en el ‘deseo de logro’ de una determinada virtud, por que queremos tenerla, conquistarla…, esta actitud de ambición y concentración hacia el logro de una conquista personal, estará fortaleciendo al yo personal o psicológico. Este, por lo tanto, no es el camino verdadero…
Si en cambio, al practicar los Códigos Curativos, no lo hacemos con una actitud de conquista o logro personal, sino con una actitud relajada y de entrega a los procesos de sanación, sin esperar resultados específicos o inmediatos, con una actitud de observación, confianza y desapego; es decir, si encontramos “la actitud correcta”, la cura sucederá sin el fortalecimiento del yo.
Encontrar “la actitud correcta” es el camino de cada uno.



¿Qué síntomas pueden aparecer
durante el tratamiento de los Códigos Curativos?

Durante el período de auto-tratamiento con los Códigos Curativos se pueden experimentar variados tipos de síntomas, que pueden ser físicos, emocionales y/o mentales, o una combinación de esos aspectos, lo cual puede producir incomodidad en variable intensidad. Esto es natural, por que la energía curativa, a través de los Códigos, activa zonas dormidas del cuerpo y de la mente para producir el efecto sanador, limpiando y liberando a las células cerebrales y de los órganos de energías asociadas a imágenes destructivas. El efecto limpiador es movilizador, y por lo tanto pueden surgir diversos síntomas, de los más variados e insólitos, pero todo obedecerá al proceso de curación.
Cuando aparecen los ‘síntomas’ a la superficie, como dolencia física o procesos emocionales y/o mentales, puede ser muy útil acompañar el proceso interno de sanación que se está realizando a través de los Códigos Curativos con Reiki (tratamiento que va a la causa del problema o síntoma),  y/o digitopuntura, ya que la movilización energética por la cura interna puede bloquear temporariamente ciertos puntos de los meridianos en el cuerpo etérico, que con estas prácticas pueden liberarse para restablecer el flujo de energía. El trabajo complementario entre herramientas de sanación puede ser muy útil y efectivo, si se maneja con mente abierta e intuición.
Otro síntoma que puede aparecer como efecto de la cura interna con los Códigos es el incremento de la actividad onírica, ya que en sueños el cerebro puede estar grabando escenas o símbolos que tienen que ver con  aquello que se está curando. Por lo tanto hay que tener la mente muy abierta para saber interpretar el mundo del inconsciente cuando este se nos revela en sueños. Hay que saber ver más allá de las apariencias, ver las esencias, descubrir el tema medular. A veces esto, sin ayuda, puede ser difícil de lograr, pero no imposible. Dependerá del conocimiento de psicología y de la apertura mental del individuo.
Ciertos sueños de característica especial pueden estar revelando imágenes de alguna existencia pasada; cuando esto ocurre es por que tal vez es en ‘esa vida pasada’ que se nos revela dónde puede estar el nudo del conflicto emocional que nos aqueja en el presente. Cuando es este el caso, las imágenes e la vida pasada que se aparecen y que se graban en el cerebro, permiten a la persona reconocerse a sí misma en ‘aquella vida’, y muestran algún suceso clave que tiene que ver con la causa de la dolencia actual. No obstante, quien escribe cree que no es necesario recordar conscientemente cada vida pasada donde puedan haberse formado nudos de conflictos, ya que la cura puede suceder igualmente, aunque no haya un recuerdo consciente de cada nudo. Pero cuando el recuerdo de una vida pasada llega, sin buscarlo, naturalmente, entonces es por que sí es necesario recordar para elaborar y comprender algo.


Pasos del método de curación

1-      Haga una lista (mental o escrita) de cada tema-problema que haya encontrado. Liste cada vicio (‘acciones dañinas’), cada ‘emoción negativa’, y cada ‘creencia no saludable’, que haya encontrado durante el auto-diagnóstico.
2-      De esa lista elija el problema que ha evaluado como el más importante para trabajar ahora.
3-      De acuerdo al tipo de problema y a cuáles son las acciones, emociones y/ó creencias dañinas involucradas, elija la Categoría Curativa, de las 12 existentes, que se ajusta más a su problema personal. (A veces para llegar al fondo de un problema y sanar, deberá trabajar en más de una categoría, que irá viendo que tienen relación con su problema).
4-      Haga el pedido o la afirmación para la curación. (Puede emplearse la oración que se ofrece más adelante, o elaborar una forma propia de pedido).
5-      Elija una frase que tenga que ver con la Virtud que va a trabajar. A esto se le puede llamar “enunciado de enfoque de la verdad”. (Es, de alguna forma…, como ‘el opuesto, el lado positivo’ de la situación que nos aqueja. Su fin es desbloquear la creencia no saludable)
6-      Haga el Código # 1, y seguidamente el Código # 2, poniendo en la mente el “enfoque del enunciado de la verdad” o imágenes que calmen y armonicen (por ejemplo, puede imaginar que está en la playa observando las olas del mar…, o que está en un arroyo con vegetación y aves silvestres…, etc. El tipo de imaginación es personal).

7-      Actitud de agradecimiento.



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