COMPRENDIENDO EL MÉTODO
¿Qué es un Código Curativo?
Un ‘Código Curativo’ es un
conjunto de fáciles posiciones de las manos, que se ubican, durante el
tratamiento, sobre ciertas zonas de la cabeza y el cuello.
Las posiciones curativas
con las manos lo que hacen es, a través de la energía, producir desbloqueos y
desinstalar energías no saludables grabadas en la memoria celular. Pero las
manos no son lo más importante en realidad, sino la energía de la autodeterminación. Cuando nos disponemos a
realizar la tarea de sanación interior, aunque no lo sepamos conscientemente,
abrimos una puerta interna a una luz de cura muy poderosa que todo ser humano
tiene en su interior. El “interruptor” que enciende esa ‘luz interna’ es la
autodeterminación a curarnos, entregándonos a los cambios necesarios que de
ello puedan devenir.
Un Código Curativo puede
ser de tan solo una sola posición de las manos, pero generalmente consta de varias posiciones que van cambiando y
rotando cada aproximadamente 30 segundos hasta completar el tratamiento que
dura entre 3 y 10 minutos, como mínimo. Estos son tiempos estimativos, ya
que hay que fluir según el sentir y la necesidad. La regla básica es ir rotando
por todas las posiciones de un Código Curativo, hasta sentir que ya es
suficiente.
El método de los Códigos
Curativos revela cuatro centros curativos localizados en la cabeza y el cuello.
A saber:
-
Puente: Es la zona del entrecejo,
relacionada a los procesos endócrinos y a la glándula pineal.
-
Sienes: Los costados derecho e
izquierdo del cráneo, relacionado a las funciones del cerebro e hipotálamo.
- Mandíbula: Zona justo debajo de los
lóbulos de las orejas, relacionada al cerebro reactivo emocional; incluye
médula espinal y sistema nervioso central.
- Manzana de Adán: La parte anterior e
inferior del cuello, relacionada al sistema nervioso central y a la tiroides.
Esas 4 son las zonas del
cuerpo donde se posicionan las manos.
La posición de las manos
consta de dirigir la yema de los 5 dedos de cada mano hacia una de esas 4 zonas
descriptas. Veamos el ejemplo en cada caso:
Posición de las manos sobre el “PUENTE”: Se juntan las manos y se apuntan la yema de los 10 dedos
hacia la zona entre las cejas, manteniendo la posición a una distancia de
centímetros de la cara, sin tocarla.
Posición de las manos sobre las “SIENES”: Las manos se colocan a los costados respectivos de la
cabeza, encima de la oreja (siempre a cierta distancia, sin tocar la cabeza).
Es decir, que la izquierda apunta con los 5 dedos hacia el cerebro izquierdo,
mientras que la mano derecha apunta con los dedos hacia el cerebro derecho.
Posición de las manos sobre la “MANDIBULA”: Similarmente a la anterior posición, las manos se colocan a
los costados de la mandíbula, ligeramente debajo del lóbulo de las orejas;
siempre manteniendo distancia de centímetros de la piel.
Posición de las manos sobre la “MANZANA DE ADÁN”: En esta posición,
similarmente a como se explicó en la posición del “Puente”, se juntan las manos
apuntando ambas con la punta de los dedos hacia el cuello (zona de la tiroides)
Durante los tratamientos,
según sean los casos, estas posiciones pueden combinarse; es decir que mientras
una mano está (por ejemplo) sobre la posición de la Mandíbula izquierda, la otra mano puede permanecer sobre la Sien derecha; o por ejemplo, mientras la
mano izquierda está sobre el “Puente”,
la derecha se ubica sobre la “Manzana de
Adán”, etc.
Imágenes de los ejemplos
citados:
Una vez que se comienzan a
practicar los tratamientos, puede verse que el sistema es muy simple, y
efectivo. Quien no tenga disponibilidad, esporádica o permanente, de sus 2
manos puede hacer todo mentalmente, y el tratamiento será igual de efectivo.
Las 12 categorías de los Códigos Curativos
Hay 12 categorías de
Códigos Curativos, y se dividen en 2 tipos:
1- Los inhibidores de la
curación.
2- Las Virtudes curativas
centrales.
1-
Los inhibidores de la
curación:
Son 3: Falta de perdón. Acciones dañinas. Creencias
no saludables.
2-
Las Virtudes curativas
centrales:
Son 9: Amor. Gozo. Paz. Paciencia. Amabilidad.
Bondad. Confianza. Humildad. Autocontrol.
Para quien recién se
inicia en este método de curación, la forma más simple de hacerlo es comenzar a
practicar los tratamientos desde el n° 1 hasta el n° 12, uno por día, es decir,
que completará la práctica del método completo en 12 días.
Veamos en qué consiste
cada día de auto-tratamiento:
Día 1: Falta
de perdón
Día 2: Acciones
dañinas
Día 3: Creencias
no saludables
(En esos 3 días se trabaja
en los “inhibidores de la curación”)
Día 4: Amor
Día 5: Gozo
Día 6: Paz
Día 7: Paciencia
Día 8: Amabilidad
Día 9: Bondad
Día 10: Confianza
Día 11: Humildad
Día 12: Auto-Control
(Desde el día 4 al día 12,
como se ve, se trabajan las 9 Virtudes Curativas)
Para cada uno de estos ‘12 días’ existe un método de posición
de las manos compuesto de “2 códigos”, que podrá verse detallado en el
tratamiento de cada día de curación en particular.
Es decir que el día 1: “Falta de perdón” (por ejemplo), tiene 2
códigos curativos, es decir, 2 formas de posiciones de manos que se deben
realizar, una primero, la otra después, para completar el tratamiento. Estos
2 Códigos se pueden repetir varias veces durante el día (mínimo 2 veces).
Guiarse por el sentir. Al terminar el ‘día 1’ del Perdón, al día siguiente, se
procede de igual forma con el ‘día 2’, “Acciones
Dañinas”, efectuando los 2 códigos de curación correspondientes, con las
manos. Y así sucesivamente con el resto de los 12 días.
Esa es la técnica básica.
El libro original explica
varias formas más de usar los Códigos, además de la ya explicada, y a quien le
interesen esos métodos podrá leer el libro, pero quien escribe cree y siente (y
así lo ha experimentado) que lo mejor es ir guiándose por el sentir, por la
intuición, para ver qué Código trabajar primero y cuál después. Al menos en
nuestra experiencia ese ha sido el método empleado, el del “sentir”, y ha sido
clarificador, movilizador y útil. Al comenzar a trabajar un Código se van
moviendo capas de la Conciencia, y de esa forma vamos sabiendo, se nos va
revelando, con qué aspecto es necesario
seguir trabajando, paso a paso, sin necesidad de métodos rígidos estereotipados.
El método de los 12 días
corridos, es para los que recién comienzan a experimentar, pero puede suceder
que al 4° día, por ejemplo, ya no sientan seguir el orden numérico, y comiencen
a guiarse por lo que sienten. De no ser así pueden rotar por los 12 días más de
una vez, hasta poder ver cuál de los Códigos es el que más deben trabajar.
Cuando lo ven, es necesario hacer ese ‘Código central’, es decir, el que hemos
descubierto como el principal (al menos por el momento) durante varios días (3
a 7 días), o hasta que se sienta que es suficiente. Sentimos cuándo es
suficiente cuando el síntoma de incomodidad interior se ha reducido o ha
desaparecido. Después de un período de descanso, se puede retomar con el
Auto-diagnóstico y el tratamiento.
El auto-diagnóstico
Uno debe observarse a sí
mismo para descubrir cuáles pueden ser las zonas débiles u oscuras en las
propias emociones y en la propia mente; ya que del auto-conocimiento se desprenderá la elección de los tratamientos.
Además de observar nuestras emociones, debemos observar nuestras creencias,
muchas veces camufladas o inconscientes, por esto el trabajo no será fácil al
principio para quienes nunca se hayan observado a sí mismos detenidamente.
Aclaramos que observarse no es “pensar” en uno mismo,
sino que es un estado de ‘alerta percepción’ para llegar a “ver” LO QUE ES, sin
elección. Comúnmente el ser humano no quiere verse a sí mismo, o ve tan solo lo
que “quiere ver”, pero se las ingenia para esconder “su sombra”. La ‘sombra’ es
lo que no aceptamos ser, es lo que
vemos ‘fuera’ de nosotros y a veces hasta condenamos en los demás, sin ver que
muchas veces, eso que condenamos (o al menos algún aspecto de eso), está en
nuestro interior; esa es nuestra ‘sombra’, lo oculto, lo no reconocido y
aceptado de uno mismo.
El trabajo de
auto-diagnóstico para saber cuál es nuestro ‘tema medular’ a tratar con los
Códigos Curativos se basa, como se dijo, en el autoconocimiento, y la auto-observación
atenta es el método.
Krishnamurti decía que
“nos conocemos a nosotros mismos en la relación”, y esto es evidentemente una
verdad, ya que en cómo actuamos, somos, y respondemos en la vida de relación;
en lo que sentimos, pensamos y hacemos o dejamos de hacer durante la relación,
podemos observarnos y ver ‘lo que es’, es decir, vernos tal cual somos, sin
elección. Pero hay que aprender el “desapego” y la “imparcialidad”, para no
torcer, modificar y distorsionar ‘lo que es’, debido a que pueda no gustarnos
lo que vemos de nosotros mismos. El ‘mecanismo de negación’ es muy habitual en
el ser humano. Este mecanismo psicológico de negación también debe ser
observado para impedir que nos actúe e interfiera en nuestra auto-observación.
Para el auto-diagnóstico también
podemos observar nuestro cuerpo físico,
por que “el cuerpo habla”, dice un dicho…, y es verdad. Solo hay que saber
escuchar qué nos quiere decir, qué nos está señalando nuestro cuerpo, ya que su
“lenguaje” no es verbal sino a través de síntomas. Las nueve Virtudes Curativas
Centrales (de la n°4 a la n° 12) se relacionan a zonas y sistemas de órganos
del cuerpo; por lo tanto, conociendo la dolencia física, sin dificultad se
encontrarán los Códigos Curativos de las Virtudes que se deben trabajar. Veamos
un ejemplo: La rigidez del cuerpo, en huesos, músculos y articulaciones
(especialmente en la columna vertebral) puede ser un síntoma de rigidez mental
o actitud de inflexibilidad sostenida. En este caso, trabajar sobre la causa de
la rigidez encontrando las creencias y emociones que la han generado,
favorecerá al cuerpo físico influyendo en su cura y flexibilidad. Otra manera
en que el individuo puede encarar el problema será trabajando desde su cuerpo para
flexibilizarlo (con Yoga por ejemplo); al hacerlo, esto tendrá un efecto
sanador y reparador en el campo emocional y mental. Esto nos enseña que un
problema puede ser abordado desde su causa, o desde el síntoma para llegar a la
causa. Ambas formas son correctas y se pueden trabajar en conjunto.
Además de la
autoobservación en la vida diaria y en la vida de relación es muy útil
encontrar un momento de tranquilidad para rememorar
recuerdos, ya que de esa manera, recordando vivencias pasadas descubrimos
y nos concientizamos de las emociones
que esas experiencias generaron. Una experiencia frustrante y traumática puede
quedar grabada en el subconsciente durante muchos años y hasta toda la vida, si
no se hace algo al respecto. Rememorando recuerdos podemos llegar a esas
imágenes en las cuales viven las emociones negativas y creencias no saludables
resultantes y que acompañan cada día al individuo.
En la vida cotidiana, la
influencia del “pasado” (de las imágenes traumáticas y de las emociones
negativas asociadas) sobre el “presente” se hace sentir. Esto hace que el
individuo se sienta como aprisionado en sentimientos, pensamientos, y
respuestas mecánicas que generan más y más conflicto en su vida de relación.
Hasta que no se decide a detenerse, a ver lo que sucede, y a trabajar en la
sanación, no será libre de esa “prisión” de emociones en la que se encuentra, y
del conflicto en la vida de relación.
Resumiendo, el
auto-diagnóstico consta de la auto-observación de 3 aspectos: CUERPO FÍSICO,
EMOCIONES, y CREENCIAS; y tenemos 2 herramientas útiles para diagnosticar esos
3 aspectos: la AUTOOBSERVACIÓN durante el fluir de nuestra vida, y la
REMEMORACIÓN DE RECUERDOS. La primera debe ser constante, diaria y atenta; la
segunda requiere de hacernos un tiempo para estar tranquilos y en soledad, en
meditación reflexiva, para que los recuerdos comiencen a aflorar.
Si en el auto-examen vemos
que hay más de una zona o aspecto que debemos trabajar, debemos ver cuál de
ellos es el más grave, y comenzar por ese tema. Por el grado de intensidad de
una emoción, la traba o bloqueo que manifiesta en nuestra vida, o por el
contrario, la hiperactividad y estrés que nos produce, podremos evaluar y saber
cuáles de los problemas listados deberemos tratar primero. Por lo general los
problemas crónicos son los más graves, aunque no siempre los más molestos. La
muerte de un ser querido, por ejemplo, puede ser la causa de una poderosa
movilización de emociones, pero esa intensidad puede ser natural durante el
período de duelo; mientras que ya pasado un período coherente para el duelo, si
las emociones persistiesen durante mucho tiempo y la persona no puede superar
su estado emocional, se transforma en algo crónico y no saludable, que hay que
tratar.
Cuando tenemos en la lista
de problemas varios temas que queremos abordar y no podemos calificar como de
mayor gravedad o urgencia a ninguno, podemos emplear herramientas útiles que
nos ayuden a resolver y decidir. Una de esas herramientas, para quienes sepan
emplearla, es el péndulo. Para
quienes conozcan su uso es innecesario decir más.
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Al hablar de
AUTO-DIAGNÓSTICO no podemos dejar de tomar en cuenta, además de todo lo
explicado hasta ahora, a las ‘energías foráneas’, que son aquellas que no
tienen su origen o raíz en nosotros mismos sino en otra situación o entidad, y
que también pueden afectar nuestra psiquis y salud. Este es un tema complejo
para ser tratado aquí en detalle, así que solo daré algunas pautas.
Existen en el plano astral
(plano correspondiente al mundo emocional y del deseo y el sentir), entidades ‘naturales’
y ‘artificiales’ que habitualmente influyen en el ser humano sin que este lo
advierta. Es decir, que nuestras emociones pueden ser afectadas por dichas
influencias invisibles.
Las “entidades naturales”
son los seres desencarnados que, habiendo dejado su cuerpo físico tras la mal
llamada ‘muerte’, están provisoriamente en el plano astral. Muchos de estas
entidades-almas están desorientadas, confusas y angustiadas y se acercan a
veces a las personas aun encarnadas en el plano físico para pedir guía y apoyo,
cosa que muy rara vez consiguen, por que la mayoría de las personas no conocen
bien ni perciben esta realidad conscientemente. Sin embargo, al acercarse,
estas entidades-almas influyen con su energía áurica en el aura de la persona
encarnada, que sin saberlo es afectada por la energía visitante. A veces,
ciertas emociones, y hasta dolencias diferentes en el cuerpo se deben a la
cercanía de estas influencias.
Las “entidades
artificiales”, en cambio, son energías-forma de pensamiento que emiten las
personas y que forman una nube de vibraciones, cuya cualidad y calidad
dependerá del tipo de pensamiento emitido. Llamamos a estas energías “entidades
artificiales” por que estas ‘formas de
pensamiento’ (en realidad emoción y pensamiento unidos) cuando son
poderosas llegan a formar algo semejante a una entidad con vida independiente,
y se registran como “infecciones energéticas” en el individuo. Lo que estamos
diciendo es que las emociones y pensamientos que emitimos afectan a los que nos
rodean, y a la vez somos afectados por las emisiones de los demás. Existen
muchas personas muy sensitivas (que no saben que lo son), y ante cada síntoma
físico o emocional que tienen se lo atribuyen a sí mismos, ignorando que muchas
veces están siendo “esponjas” de energías de otros. Las energías astrales,
desde su propia dimensión, afectan a la vida del ser humano más de lo que este
supone.
Concientizarse de este
tipo de cosas es muy necesario, por que si hemos de trabajar en la curación
interior, deberemos saber distinguir lo mejor posible cuándo un estado
emocional es auténticamente nuestro, y cuándo es debido a una influencia
foránea que nos está afectando en un momento dado. Este discernimiento no es
simple, es todo un camino de aprendizaje, y requiere de sensitividad, atención,
auto-observación, y auto-conocimiento.
Los Códigos Curativos
funcionan cuando se trata de problemas y creencias
no saludables (formas de pensamiento) de uno mismo (que usualmente son
fortalecidas por ‘pensamientos-forma’ de otros…), pero cuando el problema o
síntoma es por las influencias negativas que vienen directamente desde el ‘exterior’
se hace necesario aplicar otros métodos de limpieza y liberación. Es por ello
que es necesario conocer de estos temas. De todas maneras, en quienes no se
interesen por estos asuntos, (por que no todos se sentirán preparados para
abordar una temática como esta…), los Códigos Curativos les beneficiarán
igualmente, aunque en el auto-diagnóstico puedan a veces errar al no tener en
cuenta el mundo de influencias ‘externas’ del que he estado hablando.
Para quienes puedan
enfrentar está temática, existen métodos de limpieza del campo magnético
individual (aura), y formas de limpiar energéticamente los objetos y los
ambientes de una casa cuando sentimos o percibimos que es necesario hacerlo.
Por ser este tema muy basto no hablaré de eso aquí; pero sí diré que poner en
práctica métodos de limpieza energética puede ser un compañero muy útil del
trabajo de sanación interior con los Códigos Curativos.
Dato útil: En el sitio
donde se elije para hacer diariamente los Códigos Curativos suelen removerse
energías internas añejas, que ni sospechábamos que pudiesen estar en nosotros (energías
etéricas, astrales y mentales), que un sensitivo puede percibir y un
clarividente observar. Conviene por lo tanto, después de hacer cada tratamiento
con los Códigos, limpiar energéticamente el sitio como se sepa hacerlo; hay
muchas maneras… Reiki es una de ellas, y puede ser acompañado de encender
incienso y mirra, etc.
La actitud correcta ante los Códigos Curativos
Mi
experiencia personal con los Códigos Curativos me inspira a escribir sobre este
tema. En primer lugar hay que tener en
claro que la base de toda sanación profunda es la disolución de las barreras y
obstáculos internos, sean estas creencias
condicionantes, emociones negativas
o hábitos de conducta dañinos. Todos
estos obstáculos y barreras están en el “yo” personal, en el “ego” (la conciencia que se
siente separada: “sujeto-objeto”). Sería más correcto
decir que todos los obstáculos y limitaciones conforman el ‘yo’ psicológico. Todos los desequilibrios e insanias
son interferencias psicológicas de una
conciencia aún limitada, condicionada, es decir, no liberada. La conciencia del
hombre, en general, no está aún liberada de las limitaciones propias del ego
inferior; por lo tanto, y según estos conceptos, podremos fácilmente dilucidar
que sanación total implicaría la
disolución del yo, de las barreras del yo.
El
yo psicológico está formado por “deseos” y “pensamientos”. Esos son los
elementos constitutivos del yo, y todo el conflicto está allí.
Sanación es liberación del deseo, del apego y
condicionamiento que el deseo produce, y del consecuente sufrimiento. (Esta es la base del Budismo).
No estoy diciendo que no
hay que ‘desear’ ni ‘pensar’…, esa sería una errónea interpretación (en la cual
habitualmente se incurre). Quien es libre interiormente, puede desear pero sin apego al deseo, sin que
este lo domine, y puede pensar, pero
sin apego a las ideas. Su conciencia de ‘ser’ está más allá del mundo del deseo
y de las ideas, por lo tanto es libre de los condicionamientos comunes de tales
influencias.
Con estos conceptos claros
en nuestra mente, podremos investigar cuál será la actitud correcta al
practicar cualquier método de sanación interior. Es decir que, todo lo que
fortalezca al yo, aunque en un momento dado pueda parecer sanador, en el fondo
no lo es.
Si durante la práctica de los
Códigos Curativos ponemos énfasis en el ‘deseo de logro’ de una determinada
virtud, por que queremos tenerla, conquistarla…, esta actitud de ambición y
concentración hacia el logro de una conquista personal, estará fortaleciendo al
yo personal o psicológico. Este, por lo tanto, no es el camino verdadero…
Si en cambio, al practicar
los Códigos Curativos, no lo hacemos con una actitud de conquista o logro
personal, sino con una actitud relajada y de entrega a los procesos de
sanación, sin esperar resultados específicos o inmediatos, con una actitud de
observación, confianza y desapego; es decir, si encontramos “la actitud
correcta”, la cura sucederá sin el fortalecimiento del yo.
Encontrar “la actitud
correcta” es el camino de cada uno.
¿Qué síntomas pueden aparecer
durante el tratamiento de los Códigos Curativos?
Durante el período de
auto-tratamiento con los Códigos Curativos se pueden experimentar variados
tipos de síntomas, que pueden ser físicos, emocionales y/o mentales, o una
combinación de esos aspectos, lo cual puede producir incomodidad en variable
intensidad. Esto es natural, por que la energía curativa, a través de los
Códigos, activa zonas dormidas del cuerpo y de la mente para producir el efecto
sanador, limpiando y liberando a las células cerebrales y de los órganos de
energías asociadas a imágenes destructivas. El efecto limpiador es movilizador,
y por lo tanto pueden surgir diversos síntomas, de los más variados e
insólitos, pero todo obedecerá al proceso de curación.
Cuando aparecen los
‘síntomas’ a la superficie, como dolencia física o procesos emocionales y/o
mentales, puede ser muy útil acompañar el proceso interno de sanación que se
está realizando a través de los Códigos Curativos con Reiki (tratamiento que va
a la causa del problema o síntoma), y/o
digitopuntura, ya que la movilización energética por la cura interna puede
bloquear temporariamente ciertos puntos de los meridianos en el cuerpo etérico,
que con estas prácticas pueden liberarse para restablecer el flujo de energía.
El trabajo complementario entre herramientas de sanación puede ser muy útil y
efectivo, si se maneja con mente abierta e intuición.
Otro síntoma que puede
aparecer como efecto de la cura interna con los Códigos es el incremento de la
actividad onírica, ya que en sueños el cerebro puede estar grabando escenas o
símbolos que tienen que ver con aquello
que se está curando. Por lo tanto hay que tener la mente muy abierta para saber
interpretar el mundo del inconsciente cuando este se nos revela en sueños. Hay
que saber ver más allá de las apariencias, ver las esencias, descubrir el tema
medular. A veces esto, sin ayuda, puede ser difícil de lograr, pero no
imposible. Dependerá del conocimiento de psicología y de la apertura mental del
individuo.
Ciertos sueños de
característica especial pueden estar revelando imágenes de alguna existencia
pasada; cuando esto ocurre es por que tal vez es en ‘esa vida pasada’ que se
nos revela dónde puede estar el nudo del conflicto emocional que nos aqueja en
el presente. Cuando es este el caso, las imágenes e la vida pasada que se
aparecen y que se graban en el cerebro, permiten a la persona reconocerse a sí
misma en ‘aquella vida’, y muestran algún suceso clave que tiene que ver con la
causa de la dolencia actual. No obstante, quien escribe cree que no es
necesario recordar conscientemente cada vida pasada donde puedan haberse
formado nudos de conflictos, ya que la cura puede suceder igualmente, aunque no
haya un recuerdo consciente de cada nudo. Pero cuando el recuerdo de una vida
pasada llega, sin buscarlo, naturalmente, entonces es por que sí es necesario
recordar para elaborar y comprender algo.
Pasos del método de curación
1- Haga una lista (mental o escrita) de
cada tema-problema que haya encontrado. Liste cada vicio (‘acciones dañinas’),
cada ‘emoción negativa’, y cada ‘creencia no saludable’, que haya encontrado
durante el auto-diagnóstico.
2- De esa lista elija el
problema que ha evaluado como el más importante para trabajar ahora.
3-
De acuerdo al tipo de problema y a cuáles son las acciones,
emociones y/ó creencias dañinas involucradas, elija la Categoría Curativa,
de las 12 existentes, que se ajusta más a su problema personal. (A veces para llegar al fondo de un problema y sanar, deberá
trabajar en más de una categoría, que irá viendo que tienen relación con su
problema).
4- Haga el pedido o la afirmación
para la curación. (Puede emplearse la oración que se ofrece más
adelante, o elaborar una forma propia de pedido).
5-
Elija una frase que tenga que ver con la Virtud que va a
trabajar.
A esto se le puede llamar “enunciado de enfoque de la verdad”. (Es, de alguna forma…, como ‘el opuesto, el lado positivo’ de la
situación que nos aqueja. Su fin es desbloquear la creencia no saludable)
6- Haga el Código # 1, y
seguidamente el Código # 2, poniendo en la mente el “enfoque del enunciado de la
verdad” o imágenes que calmen y armonicen (por ejemplo, puede imaginar que está
en la playa observando las olas del mar…, o que está en un arroyo con
vegetación y aves silvestres…, etc. El tipo de imaginación es personal).
7- Actitud de agradecimiento.