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martes, 7 de enero de 2014

INDICE TEMÁTICO


Una vuelta a

Los Códigos Curativos

Método simple de sanación para practicar en casa


Mi visión


-         G. R.     -



INDICE TEMÁTICO

Consideraciones preliminares

CAPITULO I: COMPRENDIENDO EL MÉTODO

¿Qué es un Código Curativo?
Las 12 categorías de Códigos Curativos
El auto-diagnóstico
La actitud correcta ante los Códigos Curativos
¿Qué síntomas pueden aparecer durante el tratamiento?
Pasos del método de curación


CAPÍTULO II: LOS 3 INHIBIDORES DE LA CURACIÓN

Día 1:   Falta de Perdón
Día 2:   Acciones Dañinas
Día 3:   Creencias no saludables


CAPÍTULO III: EL SISTEMA CENTRAL DE CURACIÓN: Las 9 Virtudes Curativas

Día 4:   Amor
Día 5:   Gozo
Día 6:   Paz
Día 7:   Paciencia
Día 8:   Amabilidad
Día 9:   Bondad
Día 10: Confianza
Día 11: Humildad
Día 12: Auto-control


CAPÍTULO IV:

Tabla de referencias de problemas

Apoyo a los Códigos Curativos con ‘Jin Shin Jyutsu’ (anexo)




Consideraciones preliminares


LOS CÓDIGOS CURATIVOS

Consideraciones preliminares

El presente trabajo se ha basado en el libro “The Healing Codes” (Los Códigos Curativos). Los autores del libro son Alexander Loyd y Ben Johnson. Ellos afirman que “los Códigos Curativos revolucionarán la salud”, y se fundamentan en los resultados obtenidos durante años de práctica con este método de curación, es decir en la experiencia, en la investigación y a través de la recolección de datos de miles de personas que han practicado el método.
Este material surgió como una necesidad de realizar una síntesis del libro mencionado, pero terminó siendo, en más de un tema, una reelaboración y profundización.

            La idea original de realizar una síntesis de los ‘Códigos’, fue poner en las manos de los interesados el método práctico en forma simple, clara y directa, ya que el libro original (en PDF) tiene una extensión de cerca de 200 páginas A4, y sentí que podía sintetizarse para facilitar su acceso a quienes aún pelean con el factor ‘tiempo’ en sus vidas. Por otro lado, al leer el libro he visto que los 2 autores del Libro dicen ser cristianos, y eso se nota también al nombrar la palabra “Dios” repetidas veces durante las páginas de su libro. No hay nada de malo en ser “cristiano”, ni en la palabra “Dios” (excepto por el condicionamiento tradicional-cultural que esto pueda significar…), pero creo que los ‘Códigos Curativos’, en su esencia, pueden y deben estar exentos de  tendencias a creencias y fe dogmáticas, sean cuales fueren. Por lo tanto aquí ofrecemos el método, sin la influencia subjetiva de creencias personales religiosas ortodoxas (con todo el respeto que se merecen las creencias de los autores).

            Los autores del libro afirman que la única “Virtud” que no puede ser cultivada es la Paz, y que las restantes 8 virtudes sí pueden ser cultivadas, con esfuerzo personal y dedicación. Ese pensamiento evidentemente proviene de la educación cristiana tradicional. Quien escribe, sin dejar de estar de acuerdo con “la esencia” del Cristianismo (no así con la tradición dogmática), cree que la Virtud  no puede ser cultivada por el individuo, sino que lo único que podemos hacer realmente es quitar los obstáculos internos (registro de emociones y pensamientos negativos) que están impidiendo que la Virtud se manifieste por sí misma. Claro que el “quitar los obstáculos” raya con la idea del “cultivo de la Virtud”, la “cornisa” de la comprensión es muy delgada...  Pero todo esto requiere de profundización, y se irá viendo algo más en el transcurso de este material.

            El interesado o investigador que lea el libro original de “Los Códigos Curativos”, podrá ver que la “base”, los cimientos en los que se basa el método es, evidentemente, el trabajo sobre las creencias no saludables que se alojan en la mente (principalmente en el subconsciente). Por lo tanto los autores del libro, no han expresado algo nuevo respecto de esto, ya que a ese tema lo han abordado muchos otros, de diferentes maneras. La autora del Libro “Usted puede sanar su vida”, Luise Hay, es un ejemplo claro de esto; pero “Los Códigos Curativos sí tienen de original ‘el método con las manos’ (que más adelante se explica) que se practica mientras se trabaja en las creencias no saludables.

Esas creencias no saludables que porta el individuo en su interior representan "el pasado" en nosotros, y son, la mayoría de las veces heredadas de la tradición, la cultura, y condicionamientos de limitación que existen en la conciencia colectiva, y de los cuales cada individuo debe lograr liberarse para sanarse íntegramente. Las creencias no saludables son las que producen o manifiestan dolor, sufrimiento y limitación psíquica y a veces hasta física, y muchas veces se forman como resultado de alguna experiencia traumática que el ser humano no pudo asimilar correctamente en su momento.

Veamos un ejemplo de esto último. Un individuo que desde pequeño haya sufrido experiencias de abandono y discriminación, al carecer de capacidad para elaborar con madurez “el hecho”, ‘mecánicamente’ lo guarda dentro de sí mismo, en alguna zona oculta de su mente, (por que no querrá tener siempre presente lo que le causó tanto dolor…). Este es un mecanismo de defensa natural y lógico, pero no es saludable, aunque el pequeño no puede hacer otra cosa. Esa experiencia de dolor, por falta de amor, lo ha ‘marcado’, pero la marca yace ahora en una zona oculta de sí mismo. Sin embargo, la sensación emocional no puede ser ocultada, y el individuo sentirá durante el transcurso de su vida miedo a la soledad, temor al abandono, ira y/o tristeza sin aparente causa, y podrá ser alguien posesivo y apegado en los afectos, debido a aquella experiencia infantil no resuelta de abandono y discriminación. Todo esto puede dejar como secuela en la persona que lo ha padecido, no tan solo una marca emocional, como hemos visto, sino también una creencia inconsciente no saludable que, como secuela de la experiencia, lo acompañará y condicionará tremendamente durante toda su vida, a no ser que se determine a trabajar en sí mismo y a descubrir lo oculto, sanarlo y auto-transformarse.

En el ejemplo propuesto anteriormente, que básicamente se trata de la falta de amor, las creencias no saludables que podrán quedar como resultado del trauma, pueden ser: “No sirvo, nadie me querrá nunca”, “Soy insignificante”, “no puedo ser feliz, lo bueno siempre termina”, “si amo a alguien debo aferrarme a él, no dejarlo escapar…”, o creencias más existenciales como por ejemplo: “la vida es sufrimiento”, “la existencia no tiene sentido para mi”, “daría lo mismo que exista o no, nada importa”, etc. Con las creencias en la mente subconsciente siempre van asociadas emociones negativas.

Estas creencias que quedan como una marca subconsciente seguirán, mientras no se trabaje en ello, atrayendo situaciones de dolor y conflicto al padeciente y desdichado individuo, ya que lo que la mente proyecta es atraído. Esto obedece a la ya reconocida ‘Ley de Atracción’ que funciona en la Naturaleza. Por lo tanto, si el ser humano cambia su sentir y su pensar, no solo se favorecerá él mismo internamente al no sentir mas sufrimiento por miedos, tristeza, etc., sino que dejará de atraer situaciones conflictivas y desdichadas a su vida; es decir que comenzará a manifestarse un mundo nuevo para él mismo, un mundo nuevo ‘interno’ y ‘externo’.

“Siempre el mundo externo, es un reflejo del mundo interno”.

Comprender esto es uno de los puntales básicos para los nuevos cimientos del cambio. Quien comprende esto cabalmente deja de culpar a los demás o a las circunstancias externas por sus desgracias, sino que se pregunta enseguida: “qué anda mal en mi?; ¿qué hay en mi que ha manifestado en mi vida esta situación…?”, o: “¿Qué me quiere decir esta situación…? ¿Qué debo cambiar?”, o, “¿Es esta la dirección correcta para mi vida…?”, “¿hay algo que se me está pasando por alto…, qué debo ver y no veo aún…?”, etc. Estos son tan solo ejemplos de reflexiones internas que tienen naturalmente quienes comprenden el enunciado arriba mencionado. Estamos hablando de una “actitud de vida”, en la cual se dejan las acusaciones y ‘las culpas’ de lado y se trabaja en la propia consciencia, con total responsabilidad.

Hemos dicho que el tema medular de Los Códigos Curativos tiene que ver con las creencias no saludables, y que estas pueden ser heredadas y también generadas con la experiencia particular de cada individuo. Por lo tanto será responsabilidad de cada individuo “cortar” en sí mismo con la herencia de creencias condicionantes que ha recibido, para sanarse y además para dejar de ser un retransmisor de condicionamientos a la presente y futuras generaciones. Puede verse así, que la curación interior no afecta positivamente tan solo al individuo, sino a la conciencia colectiva. (Hemos llegado aquí al alcance ‘holístico’ de la sanación).
Así como al “cortar” en nosotros mismos con la herencia de creencias condicionantes conflictivas favorecemos también al colectivo humano,  al descubrir y trascender experiencias personales de dolor y sufrimiento y eliminar las creencias no saludables que de ello se han derivado, también favorecemos a la conciencia colectiva, por que dejamos de alimentar el inconsciente colectivo de limitación, condicionamiento y sufrimiento de la Raza humana, y ayudamos así a la programación y manifestación de un mundo colectivo más armónico. Por supuesto que no bastaría con que tan solo un individuo realice su “trabajo interno” y se ‘cure’ para que la humanidad se transforme…, pero sí podemos pensar que el trabajo interno hacia la cura y liberación es exponencialmente positivo, y tiene alcances insospechados por el hombre; por lo cual un porcentaje menor de individuos que trabajen a consciencia sobre sí mismos, pueden ser un motor de grandes cambios para la humanidad; cambios internos, que terminan luego plasmándose en lo externo.
En síntesis: El sufrimiento de cada individuo afecta al conjunto humano, y la curación y liberación del ‘individuo’ cura y libera a la ‘humanidad’. Por lo tanto somos responsables, no tan solo de nuestra propia auto-curación, sino de la curación del ser humano; y el punto de inicio en este ‘servicio a la Vida’, es “uno mismo”.

                      "CURÁNDOME, TE CURO; CURÁNDOTE, ME CURO"

G. R.


COMPRENDIENDO EL MÉTODO


COMPRENDIENDO EL MÉTODO



¿Qué es un Código Curativo?

Un ‘Código Curativo’ es un conjunto de fáciles posiciones de las manos, que se ubican, durante el tratamiento, sobre ciertas zonas de la cabeza y el cuello.
Las posiciones curativas con las manos lo que hacen es, a través de la energía, producir desbloqueos y desinstalar energías no saludables grabadas en la memoria celular. Pero las manos no son lo más importante en realidad, sino la energía de la autodeterminación. Cuando nos disponemos a realizar la tarea de sanación interior, aunque no lo sepamos conscientemente, abrimos una puerta interna a una luz de cura muy poderosa que todo ser humano tiene en su interior. El “interruptor” que enciende esa ‘luz interna’ es la autodeterminación a curarnos, entregándonos a los cambios necesarios que de ello puedan devenir.
Un Código Curativo puede ser de tan solo una sola posición de las manos, pero generalmente consta de varias posiciones que van cambiando y rotando cada aproximadamente 30 segundos hasta completar el tratamiento que dura entre 3 y 10 minutos, como mínimo. Estos son tiempos estimativos, ya que hay que fluir según el sentir y la necesidad. La regla básica es ir rotando por todas las posiciones de un Código Curativo, hasta sentir que ya es suficiente.

El método de los Códigos Curativos revela cuatro centros curativos localizados en la cabeza y el cuello. A saber:

-          Puente: Es la zona del entrecejo, relacionada a los procesos endócrinos y a la glándula pineal.
-          Sienes: Los costados derecho e izquierdo del cráneo, relacionado a las funciones del cerebro e hipotálamo.
-     Mandíbula: Zona justo debajo de los lóbulos de las orejas, relacionada al cerebro reactivo emocional; incluye médula espinal y sistema nervioso central.
-       Manzana de Adán: La parte anterior e inferior del cuello, relacionada al sistema nervioso central y a la tiroides.              
                                           
Esas 4 son las zonas del cuerpo donde se posicionan las manos.
La posición de las manos consta de dirigir la yema de los 5 dedos de cada mano hacia una de esas 4 zonas descriptas. Veamos el ejemplo en cada caso:

Posición de las manos sobre el “PUENTE”: Se juntan las manos y se apuntan la yema de los 10 dedos hacia la zona entre las cejas, manteniendo la posición a una distancia de centímetros de la cara, sin tocarla.

Posición de las manos sobre las “SIENES”: Las manos se colocan a los costados respectivos de la cabeza, encima de la oreja (siempre a cierta distancia, sin tocar la cabeza). Es decir, que la izquierda apunta con los 5 dedos hacia el cerebro izquierdo, mientras que la mano derecha apunta con los dedos hacia el cerebro derecho.

Posición de las manos sobre la “MANDIBULA”: Similarmente a la anterior posición, las manos se colocan a los costados de la mandíbula, ligeramente debajo del lóbulo de las orejas; siempre manteniendo distancia de centímetros de la piel.

Posición de las manos sobre la “MANZANA DE ADÁN”: En esta posición, similarmente a como se explicó en la posición del “Puente”, se juntan las manos apuntando ambas con la punta de los dedos hacia el cuello (zona de la tiroides)

Durante los tratamientos, según sean los casos, estas posiciones pueden combinarse; es decir que mientras una mano está (por ejemplo) sobre la posición de la Mandíbula izquierda, la otra mano puede permanecer sobre la Sien derecha; o por ejemplo, mientras la mano izquierda está sobre el “Puente”, la derecha se ubica sobre la “Manzana de Adán”, etc.
Imágenes de los ejemplos citados:
             
Una vez que se comienzan a practicar los tratamientos, puede verse que el sistema es muy simple, y efectivo. Quien no tenga disponibilidad, esporádica o permanente, de sus 2 manos puede hacer todo mentalmente, y el tratamiento será igual de efectivo.



Las 12 categorías de los Códigos Curativos

Hay 12 categorías de Códigos Curativos, y se dividen en 2 tipos:

1-      Los inhibidores de la curación.
2-      Las Virtudes curativas centrales.

1-      Los inhibidores de la curación:
Son 3: Falta de perdón. Acciones dañinas. Creencias no saludables.

2-      Las Virtudes curativas centrales:
Son 9: Amor. Gozo. Paz. Paciencia. Amabilidad. Bondad. Confianza. Humildad. Autocontrol.


Para quien recién se inicia en este método de curación, la forma más simple de hacerlo es comenzar a practicar los tratamientos desde el n° 1 hasta el n° 12, uno por día, es decir, que completará la práctica del método completo en 12 días.

Veamos en qué consiste cada día de auto-tratamiento:

Día 1:    Falta de perdón
Día 2:    Acciones dañinas
Día 3:   Creencias no saludables

(En esos 3 días se trabaja en los “inhibidores de la curación”)

Día 4:    Amor
Día 5:    Gozo
Día 6:    Paz
Día 7:    Paciencia
Día 8:    Amabilidad
Día 9:    Bondad
Día 10:   Confianza
Día 11:   Humildad
Día 12:   Auto-Control
(Desde el día 4 al día 12, como se ve, se trabajan las 9 Virtudes Curativas)


Para cada uno de estos ‘12 días’ existe un método de posición de las manos compuesto de “2 códigos”, que podrá verse detallado en el tratamiento de cada día de curación en particular.
Es decir que el día 1: “Falta de perdón” (por ejemplo), tiene 2 códigos curativos, es decir, 2 formas de posiciones de manos que se deben realizar, una primero, la otra después, para completar el tratamiento.  Estos 2 Códigos se pueden repetir varias veces durante el día (mínimo 2 veces). Guiarse por el sentir. Al terminar el ‘día 1’ del Perdón, al día siguiente, se procede de igual forma con el ‘día 2’, “Acciones Dañinas”, efectuando los 2 códigos de curación correspondientes, con las manos. Y así sucesivamente con el resto de los 12 días.
Esa es la técnica básica.
El libro original explica varias formas más de usar los Códigos, además de la ya explicada, y a quien le interesen esos métodos podrá leer el libro, pero quien escribe cree y siente (y así lo ha experimentado) que lo mejor es ir guiándose por el sentir, por la intuición, para ver qué Código trabajar primero y cuál después. Al menos en nuestra experiencia ese ha sido el método empleado, el del “sentir”, y ha sido clarificador, movilizador y útil. Al comenzar a trabajar un Código se van moviendo capas de la Conciencia, y de esa forma vamos sabiendo, se nos va revelando,  con qué aspecto es necesario seguir trabajando, paso a paso, sin necesidad de métodos rígidos estereotipados.
El método de los 12 días corridos, es para los que recién comienzan a experimentar, pero puede suceder que al 4° día, por ejemplo, ya no sientan seguir el orden numérico, y comiencen a guiarse por lo que sienten. De no ser así pueden rotar por los 12 días más de una vez, hasta poder ver cuál de los Códigos es el que más deben trabajar. Cuando lo ven, es necesario hacer ese ‘Código central’, es decir, el que hemos descubierto como el principal (al menos por el momento) durante varios días (3 a 7 días), o hasta que se sienta que es suficiente. Sentimos cuándo es suficiente cuando el síntoma de incomodidad interior se ha reducido o ha desaparecido. Después de un período de descanso, se puede retomar con el Auto-diagnóstico y el tratamiento.



El auto-diagnóstico

Uno debe observarse a sí mismo para descubrir cuáles pueden ser las zonas débiles u oscuras en las propias emociones y en la propia mente; ya que del auto-conocimiento se desprenderá la elección de los tratamientos. Además de observar nuestras emociones, debemos observar nuestras creencias, muchas veces camufladas o inconscientes, por esto el trabajo no será fácil al principio para quienes nunca se hayan observado a sí mismos detenidamente.
Aclaramos que observarse no es “pensar” en uno mismo, sino que es un estado de ‘alerta percepción’ para llegar a “ver” LO QUE ES, sin elección. Comúnmente el ser humano no quiere verse a sí mismo, o ve tan solo lo que “quiere ver”, pero se las ingenia para esconder “su sombra”. La ‘sombra’ es lo que no aceptamos ser, es lo que vemos ‘fuera’ de nosotros y a veces hasta condenamos en los demás, sin ver que muchas veces, eso que condenamos (o al menos algún aspecto de eso), está en nuestro interior; esa es nuestra ‘sombra’, lo oculto, lo no reconocido y aceptado de uno mismo.
El trabajo de auto-diagnóstico para saber cuál es nuestro ‘tema medular’ a tratar con los Códigos Curativos se basa, como se dijo, en el autoconocimiento, y la auto-observación atenta es el método.
Krishnamurti decía que “nos conocemos a nosotros mismos en la relación”, y esto es evidentemente una verdad, ya que en cómo actuamos, somos, y respondemos en la vida de relación; en lo que sentimos, pensamos y hacemos o dejamos de hacer durante la relación, podemos observarnos y ver ‘lo que es’, es decir, vernos tal cual somos, sin elección. Pero hay que aprender el “desapego” y la “imparcialidad”, para no torcer, modificar y distorsionar ‘lo que es’, debido a que pueda no gustarnos lo que vemos de nosotros mismos. El ‘mecanismo de negación’ es muy habitual en el ser humano. Este mecanismo psicológico de negación también debe ser observado para impedir que nos actúe e interfiera en nuestra auto-observación.
Para el auto-diagnóstico también podemos observar nuestro cuerpo físico, por que “el cuerpo habla”, dice un dicho…, y es verdad. Solo hay que saber escuchar qué nos quiere decir, qué nos está señalando nuestro cuerpo, ya que su “lenguaje” no es verbal sino a través de síntomas. Las nueve Virtudes Curativas Centrales (de la n°4 a la n° 12) se relacionan a zonas y sistemas de órganos del cuerpo; por lo tanto, conociendo la dolencia física, sin dificultad se encontrarán los Códigos Curativos de las Virtudes que se deben trabajar. Veamos un ejemplo: La rigidez del cuerpo, en huesos, músculos y articulaciones (especialmente en la columna vertebral) puede ser un síntoma de rigidez mental o actitud de inflexibilidad sostenida. En este caso, trabajar sobre la causa de la rigidez encontrando las creencias y emociones que la han generado, favorecerá al cuerpo físico influyendo en su cura y flexibilidad. Otra manera en que el individuo puede encarar el problema será  trabajando desde su cuerpo para flexibilizarlo (con Yoga por ejemplo); al hacerlo, esto tendrá un efecto sanador y reparador en el campo emocional y mental. Esto nos enseña que un problema puede ser abordado desde su causa, o desde el síntoma para llegar a la causa. Ambas formas son correctas y se pueden trabajar en conjunto.
Además de la autoobservación en la vida diaria y en la vida de relación es muy útil encontrar un momento de tranquilidad para rememorar recuerdos, ya que de esa manera, recordando vivencias pasadas descubrimos y  nos concientizamos de las emociones que esas experiencias generaron. Una experiencia frustrante y traumática puede quedar grabada en el subconsciente durante muchos años y hasta toda la vida, si no se hace algo al respecto. Rememorando recuerdos podemos llegar a esas imágenes en las cuales viven las emociones negativas y creencias no saludables resultantes y que acompañan cada día al individuo.
En la vida cotidiana, la influencia del “pasado” (de las imágenes traumáticas y de las emociones negativas asociadas) sobre el “presente” se hace sentir. Esto hace que el individuo se sienta como aprisionado en sentimientos, pensamientos, y respuestas mecánicas que generan más y más conflicto en su vida de relación. Hasta que no se decide a detenerse, a ver lo que sucede, y a trabajar en la sanación, no será libre de esa “prisión” de emociones en la que se encuentra, y del conflicto en la vida de relación.
Resumiendo, el auto-diagnóstico consta de la auto-observación de 3 aspectos: CUERPO FÍSICO, EMOCIONES, y CREENCIAS; y tenemos 2 herramientas útiles para diagnosticar esos 3 aspectos: la AUTOOBSERVACIÓN durante el fluir de nuestra vida, y la REMEMORACIÓN DE RECUERDOS. La primera debe ser constante, diaria y atenta; la segunda requiere de hacernos un tiempo para estar tranquilos y en soledad, en meditación reflexiva, para que los recuerdos comiencen a aflorar.
Si en el auto-examen vemos que hay más de una zona o aspecto que debemos trabajar, debemos ver cuál de ellos es el más grave, y comenzar por ese tema. Por el grado de intensidad de una emoción, la traba o bloqueo que manifiesta en nuestra vida, o por el contrario, la hiperactividad y estrés que nos produce, podremos evaluar y saber cuáles de los problemas listados deberemos tratar primero. Por lo general los problemas crónicos son los más graves, aunque no siempre los más molestos. La muerte de un ser querido, por ejemplo, puede ser la causa de una poderosa movilización de emociones, pero esa intensidad puede ser natural durante el período de duelo; mientras que ya pasado un período coherente para el duelo, si las emociones persistiesen durante mucho tiempo y la persona no puede superar su estado emocional, se transforma en algo crónico y no saludable, que hay que tratar.
Cuando tenemos en la lista de problemas varios temas que queremos abordar y no podemos calificar como de mayor gravedad o urgencia a ninguno, podemos emplear herramientas útiles que nos ayuden a resolver y decidir. Una de esas herramientas, para quienes sepan emplearla, es el péndulo. Para quienes conozcan su uso es innecesario decir más.

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Al hablar de AUTO-DIAGNÓSTICO no podemos dejar de tomar en cuenta, además de todo lo explicado hasta ahora, a las ‘energías foráneas’, que son aquellas que no tienen su origen o raíz en nosotros mismos sino en otra situación o entidad, y que también pueden afectar nuestra psiquis y salud. Este es un tema complejo para ser tratado aquí en detalle, así que solo daré algunas pautas.
Existen en el plano astral (plano correspondiente al mundo emocional y del deseo y el sentir), entidades ‘naturales’ y ‘artificiales’ que habitualmente influyen en el ser humano sin que este lo advierta. Es decir, que nuestras emociones pueden ser afectadas por dichas influencias invisibles.
Las “entidades naturales” son los seres desencarnados que, habiendo dejado su cuerpo físico tras la mal llamada ‘muerte’, están provisoriamente en el plano astral. Muchos de estas entidades-almas están desorientadas, confusas y angustiadas y se acercan a veces a las personas aun encarnadas en el plano físico para pedir guía y apoyo, cosa que muy rara vez consiguen, por que la mayoría de las personas no conocen bien ni perciben esta realidad conscientemente. Sin embargo, al acercarse, estas entidades-almas influyen con su energía áurica en el aura de la persona encarnada, que sin saberlo es afectada por la energía visitante. A veces, ciertas emociones, y hasta dolencias diferentes en el cuerpo se deben a la cercanía de estas influencias.
Las “entidades artificiales”, en cambio, son energías-forma de pensamiento que emiten las personas y que forman una nube de vibraciones, cuya cualidad y calidad dependerá del tipo de pensamiento emitido. Llamamos a estas energías “entidades artificiales” por que estas ‘formas de pensamiento’ (en realidad emoción y pensamiento unidos) cuando son poderosas llegan a formar algo semejante a una entidad con vida independiente, y se registran como “infecciones energéticas” en el individuo. Lo que estamos diciendo es que las emociones y pensamientos que emitimos afectan a los que nos rodean, y a la vez somos afectados por las emisiones de los demás. Existen muchas personas muy sensitivas (que no saben que lo son), y ante cada síntoma físico o emocional que tienen se lo atribuyen a sí mismos, ignorando que muchas veces están siendo “esponjas” de energías de otros. Las energías astrales, desde su propia dimensión, afectan a la vida del ser humano más de lo que este supone.
Concientizarse de este tipo de cosas es muy necesario, por que si hemos de trabajar en la curación interior, deberemos saber distinguir lo mejor posible cuándo un estado emocional es auténticamente nuestro, y cuándo es debido a una influencia foránea que nos está afectando en un momento dado. Este discernimiento no es simple, es todo un camino de aprendizaje, y requiere de sensitividad, atención, auto-observación, y auto-conocimiento.
Los Códigos Curativos funcionan cuando se trata de problemas y creencias no saludables (formas de pensamiento) de uno mismo (que usualmente son fortalecidas por ‘pensamientos-forma’ de otros…), pero cuando el problema o síntoma es por las influencias negativas que vienen directamente desde el ‘exterior’ se hace necesario aplicar otros métodos de limpieza y liberación. Es por ello que es necesario conocer de estos temas. De todas maneras, en quienes no se interesen por estos asuntos, (por que no todos se sentirán preparados para abordar una temática como esta…), los Códigos Curativos les beneficiarán igualmente, aunque en el auto-diagnóstico puedan a veces errar al no tener en cuenta el mundo de influencias ‘externas’ del que he estado hablando.
Para quienes puedan enfrentar está temática, existen métodos de limpieza del campo magnético individual (aura), y formas de limpiar energéticamente los objetos y los ambientes de una casa cuando sentimos o percibimos que es necesario hacerlo. Por ser este tema muy basto no hablaré de eso aquí; pero sí diré que poner en práctica métodos de limpieza energética puede ser un compañero muy útil del trabajo de sanación interior con los Códigos Curativos.
Dato útil: En el sitio donde se elije para hacer diariamente los Códigos Curativos suelen removerse energías internas añejas, que ni sospechábamos que pudiesen estar en nosotros (energías etéricas, astrales y mentales), que un sensitivo puede percibir y un clarividente observar. Conviene por lo tanto, después de hacer cada tratamiento con los Códigos, limpiar energéticamente el sitio como se sepa hacerlo; hay muchas maneras… Reiki es una de ellas, y puede ser acompañado de encender incienso y mirra, etc.



La actitud correcta ante los Códigos Curativos

            Mi experiencia personal con los Códigos Curativos me inspira a escribir sobre este tema.  En primer lugar hay que tener en claro que la base de toda sanación profunda es la disolución de las barreras y obstáculos internos, sean estas creencias condicionantes, emociones negativas o hábitos de conducta dañinos. Todos estos obstáculos y barreras están en el “yo” personal, en el “ego” (la conciencia que se siente separada: “sujeto-objeto”).  Sería más correcto decir que todos los obstáculos y limitaciones conforman el ‘yo’ psicológico. Todos los desequilibrios e insanias son  interferencias psicológicas de una conciencia aún limitada, condicionada, es decir, no liberada. La conciencia del hombre, en general, no está aún liberada de las limitaciones propias del ego inferior; por lo tanto, y según estos conceptos, podremos fácilmente dilucidar que sanación total implicaría la disolución del yo, de las barreras del yo.
            El yo psicológico está formado por “deseos” y “pensamientos”. Esos son los elementos constitutivos del yo, y todo el conflicto está allí.
Sanación es liberación del deseo, del apego y condicionamiento que el deseo produce, y del consecuente sufrimiento. (Esta es la base del Budismo).
No estoy diciendo que no hay que ‘desear’ ni ‘pensar’…, esa sería una errónea interpretación (en la cual habitualmente se incurre). Quien es libre interiormente, puede desear pero sin apego al deseo, sin que este lo domine, y puede pensar, pero sin apego a las ideas. Su conciencia de ‘ser’ está más allá del mundo del deseo y de las ideas, por lo tanto es libre de los condicionamientos comunes de tales influencias.
Con estos conceptos claros en nuestra mente, podremos investigar cuál será la actitud correcta al practicar cualquier método de sanación interior. Es decir que, todo lo que fortalezca al yo, aunque en un momento dado pueda parecer sanador, en el fondo no lo es.
Si durante la práctica de los Códigos Curativos ponemos énfasis en el ‘deseo de logro’ de una determinada virtud, por que queremos tenerla, conquistarla…, esta actitud de ambición y concentración hacia el logro de una conquista personal, estará fortaleciendo al yo personal o psicológico. Este, por lo tanto, no es el camino verdadero…
Si en cambio, al practicar los Códigos Curativos, no lo hacemos con una actitud de conquista o logro personal, sino con una actitud relajada y de entrega a los procesos de sanación, sin esperar resultados específicos o inmediatos, con una actitud de observación, confianza y desapego; es decir, si encontramos “la actitud correcta”, la cura sucederá sin el fortalecimiento del yo.
Encontrar “la actitud correcta” es el camino de cada uno.



¿Qué síntomas pueden aparecer
durante el tratamiento de los Códigos Curativos?

Durante el período de auto-tratamiento con los Códigos Curativos se pueden experimentar variados tipos de síntomas, que pueden ser físicos, emocionales y/o mentales, o una combinación de esos aspectos, lo cual puede producir incomodidad en variable intensidad. Esto es natural, por que la energía curativa, a través de los Códigos, activa zonas dormidas del cuerpo y de la mente para producir el efecto sanador, limpiando y liberando a las células cerebrales y de los órganos de energías asociadas a imágenes destructivas. El efecto limpiador es movilizador, y por lo tanto pueden surgir diversos síntomas, de los más variados e insólitos, pero todo obedecerá al proceso de curación.
Cuando aparecen los ‘síntomas’ a la superficie, como dolencia física o procesos emocionales y/o mentales, puede ser muy útil acompañar el proceso interno de sanación que se está realizando a través de los Códigos Curativos con Reiki (tratamiento que va a la causa del problema o síntoma),  y/o digitopuntura, ya que la movilización energética por la cura interna puede bloquear temporariamente ciertos puntos de los meridianos en el cuerpo etérico, que con estas prácticas pueden liberarse para restablecer el flujo de energía. El trabajo complementario entre herramientas de sanación puede ser muy útil y efectivo, si se maneja con mente abierta e intuición.
Otro síntoma que puede aparecer como efecto de la cura interna con los Códigos es el incremento de la actividad onírica, ya que en sueños el cerebro puede estar grabando escenas o símbolos que tienen que ver con  aquello que se está curando. Por lo tanto hay que tener la mente muy abierta para saber interpretar el mundo del inconsciente cuando este se nos revela en sueños. Hay que saber ver más allá de las apariencias, ver las esencias, descubrir el tema medular. A veces esto, sin ayuda, puede ser difícil de lograr, pero no imposible. Dependerá del conocimiento de psicología y de la apertura mental del individuo.
Ciertos sueños de característica especial pueden estar revelando imágenes de alguna existencia pasada; cuando esto ocurre es por que tal vez es en ‘esa vida pasada’ que se nos revela dónde puede estar el nudo del conflicto emocional que nos aqueja en el presente. Cuando es este el caso, las imágenes e la vida pasada que se aparecen y que se graban en el cerebro, permiten a la persona reconocerse a sí misma en ‘aquella vida’, y muestran algún suceso clave que tiene que ver con la causa de la dolencia actual. No obstante, quien escribe cree que no es necesario recordar conscientemente cada vida pasada donde puedan haberse formado nudos de conflictos, ya que la cura puede suceder igualmente, aunque no haya un recuerdo consciente de cada nudo. Pero cuando el recuerdo de una vida pasada llega, sin buscarlo, naturalmente, entonces es por que sí es necesario recordar para elaborar y comprender algo.


Pasos del método de curación

1-      Haga una lista (mental o escrita) de cada tema-problema que haya encontrado. Liste cada vicio (‘acciones dañinas’), cada ‘emoción negativa’, y cada ‘creencia no saludable’, que haya encontrado durante el auto-diagnóstico.
2-      De esa lista elija el problema que ha evaluado como el más importante para trabajar ahora.
3-      De acuerdo al tipo de problema y a cuáles son las acciones, emociones y/ó creencias dañinas involucradas, elija la Categoría Curativa, de las 12 existentes, que se ajusta más a su problema personal. (A veces para llegar al fondo de un problema y sanar, deberá trabajar en más de una categoría, que irá viendo que tienen relación con su problema).
4-      Haga el pedido o la afirmación para la curación. (Puede emplearse la oración que se ofrece más adelante, o elaborar una forma propia de pedido).
5-      Elija una frase que tenga que ver con la Virtud que va a trabajar. A esto se le puede llamar “enunciado de enfoque de la verdad”. (Es, de alguna forma…, como ‘el opuesto, el lado positivo’ de la situación que nos aqueja. Su fin es desbloquear la creencia no saludable)
6-      Haga el Código # 1, y seguidamente el Código # 2, poniendo en la mente el “enfoque del enunciado de la verdad” o imágenes que calmen y armonicen (por ejemplo, puede imaginar que está en la playa observando las olas del mar…, o que está en un arroyo con vegetación y aves silvestres…, etc. El tipo de imaginación es personal).

7-      Actitud de agradecimiento.



LOS 3 INHIBIDORES DE LA CURACIÓN. Días 1, 2 y 3.


LOS 3 INHIBIDORES DE LA CURACIÓN


Los tres primeros días de práctica se llaman “inhibidores” de la curación por que deben liberarse las trabas que pueda haber en estos aspectos antes de comenzar con un trabajo mas profundo a través de las 9 Virtudes Curativas Centrales. Por ejemplo, si el problema está en la falta de amor (la primera de las 9 Virtudes Curativas Centrales) empezar a trabajar directamente en esa Virtud no servirá de mucho si no se ha realizado antes una sanación a través del Perdón. Para sanar las ‘heridas’ de amor (sentirse abandonado, no querido, no valorado, condenado, maltratado, etc.) hay que comenzar a trabajar con el Perdón hacia el otro y hacia uno mismo y también con las creencias no saludables, por que muchas de las trabas internas con sentimientos de soledad, depresión, frustración, angustia, ira, sentimiento de inferioridad y demás comienzan a desbloquearse trabajando en los “Inhibidores de la curación”.


DÍA 1:  FALTA DE PERDÓN

            Es absolutamente esencial perdonar y perdonarnos para que la curación en general se realice. La traba más importante que puede impedirnos perdonar está en la “ignorancia”. Ignorar qué es la Vida, quiénes somos, de dónde venimos y hacia dónde vamos…, cuál es el propósito de la existencia, qué es la Evolución y qué Leyes rigen la Existencia, nos coloca en un estado de rigidez ante el mundo, sin saber valorar los eventos, sucesos y hechos, por que nuestra ceguera nos impide ver más allá…  Por lo tanto, la Falta de Perdón es ‘hermana’ de la Ignorancia; y cuando ‘comprendemos’, el perdón ya no es ni siquiera necesario. La comprensión es el perdón mismo, sin esfuerzo.
Sin embargo, no podemos esperar volvernos sabios para poder perdonar; y en ello consiste el trabajo en este “primer día” de los Códigos Curativos. Hay que aprender a perdonar y olvidar, pero el perdón puede ser ‘un proceso’ para algunos que han vivido experiencia muy duras; es decir, que se puede precisar de un tiempo para madurar y “aflojar” sentimientos de ira, bronca, indignación, odio, rencor, etc., debido a traumas pasados. La ‘buena noticia’ es que por más dura que sea la emoción a ser trabajada y trascendida, quien ha llegado a estas páginas con la intención de ponerse “manos a la obra”, es por que ‘ya es su hora’…; la sanación es posible ahora.

Pasos para la curación:

1-      Elija una situación o emoción con la cual trabajar en el Día del Perdón.
2-      Elija o cree una frase (“enunciado de enfoque de la verdad”) para poner en mente antes de realizar los 2 Códigos Curativos. Si lo prefiere, puede crear usted mismo el enunciado en el cual se basará la cura.
3-      Haga la oración de petición para la Curación.
4-       Realice el Código # 1 y seguidamente el Código # 2. (Mientras se trata a sí mismo,  usted puede visualizarse en algún bello sitio que le inspire paz y armonía, o dejar en su mente el “enunciado de la verdad” que ha elegido, o simplemente dejar la mente en silencio mientras pasan las posiciones de las manos).
5-      Actitud final de agradecimiento.

Enunciados de enfoque de la verdad:

-          Yo elijo perdonar, y me perdono a mi mismo.
-          El perdón me libera y abre las puertas de mi corazón al amor.
-          Abandono mi deseo de castigar y el amor llena mi corazón.
-          Estoy dispuesto a cambiar mi vida. Comienzo por perdonarme y perdonar.
-          Perdono y me libero del pasado; me atrevo a ser alguien nuevo ahora.
-          Etc.


Oración o petición:

“Pido que todas las imágenes negativas conocidas y desconocidas, las creencias no saludables y los recuerdos celulares destructivos, y todos los asuntos físicos resultantes relacionados con………….(poner el asunto(s) en los que estés trabajando), sean encontrados, abiertos y sanados por medio de la Luz y el Amor universal”.
(Cada quien puede elaborar una oración de petición a su gusto)


Código # 1:

1-      Mandíbula – ambas manos
2-      Sienes – ambas manos
3-      Puente – ambas manos
4-      Sienes – ambas manos
5-      Manzana de Adán – ambas manos
6-      Sienes – ambas manos

Duración: Entre 3 y 10 minutos para todo el Código, o hasta sentir que ha finalizado.
Recordar que en cada posición hay que permanecer alrededor de 30 segundos (también puede ser más). Cuando se llega al paso n°6 recomenzar en el paso n°1, y así sucesivamente hasta cumplimentar el tiempo.



            Código # 2:

1-      Sienes – ambas manos
2-      Puente – ambas manos
3-      Sienes – ambas manos
4-      Puente – ambas manos
5-      Sienes – ambas manos
6-      Sienes – ambas manos (de nuevo)
7-      Manzana de Adán – ambas manos
8-      Sienes – ambas manos

Duración: 4 a 10 minutos para todo el Código. (Rotar en todas las posiciones de las manos hasta completar el tiempo sugerido, o hasta ‘sentir’ que ya es suficiente). Los 2 Códigos pueden repetirse 2 o más veces durante el día.

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DÍA 2:   ACCIONES DAÑINAS

            Las acciones dañinas son hábitos de conductas que hacen daño a otros seres o a uno mismo. La crítica despiadada, el maltrato y la manipulación son, por ejemplo, acciones dañinas. Pero también son acciones dañinas los vicios de conducta, no saludables, mecánicos, que nos alejan del presente, del AHORA, que es donde sucede la Vida. Aunque en apariencia y en lo inmediato pareciera que ciertas acciones puedan parecernos normales, en el fondo pueden estar haciendo infeliz al individuo, por que son mecanismos de escape del dolor interno. Estas son las “a-dicciones” (lo ‘no dicho’), es decir lo que guardamos sin saberlo y que por dolernos no queremos ver ni hablar de ello… Entonces, como reemplazo de lo que “no decimos”, (y que es lo que realmente importa…), buscamos mecánicamente actividades de algún tipo, algunas inofensivas, otras perjudiciales, que van desde hacerse adicto a la lectura, mirar muchas horas TV, apegarse a la computadora, al trabajo, ocupación obsesiva por la propia imagen, materialismo desmedido, adicción al arte, fanatismo con el deporte, la religión, la música…, hasta el extremo de sumergirse en el alcohol, en la droga, etc. Estas últimas muy perjudiciales para la salud, las anteriores no tanto, aunque todo trata de lo mismo: de escapar de algo que preferimos no ver, no afrontar… No estamos diciendo que el deporte, la religión, la música, la lectura, ver películas, etc. sea malo, sino que cuando se utilizan como escape del dolor, para tapar un trasfondo que no queremos ver… se convierten en un sustituto de la sanación y el amor que necesitamos. Esto es negativo. La adicción es una manera de esconderse de lo que nos pasa realmente. Hay que enfrentar la realidad de lo que nos sucede y superarlo. Esa es la tarea.


Creencias no saludables que pueden producir las ‘acciones dañinas’:

-          No soy digno de ser amado. Soy insignificante. Soy incompleto. (Baja autoestima)
-          No puedo hacerlo. Soy incapaz. No sirvo. (Baja autoestima, miedo, derrotismo)
-          Algo malo sucederá. El Universo está contra de mi. (Miedo, desconfianza, negatividad)


Pasos para la curación:

1-      Elija una situación que interprete como una “acción dañina”, (tal vez una actividad que hasta este momento pensaba que era una conducta ‘normal’, pero que recientemente descubrió que es en realidad una “a-dicción”)
2-      Elija un “enunciado de enfoque de la verdad” para tener en mente al comenzar a hacer los Códigos 1 y 2. (O elabore uno usted mismo).
3-      Haga la oración de petición para la Curación.
4-      Realice el Código # 1, y seguidamente el Código # 2.
5-      Al finalizar agradezca internamente por la posibilidad de curarse.


Enunciados de enfoque de la verdad:

-          Elijo enfrentar los problemas. La solución y el amor llegan.
-          Estoy aprendiendo a aceptarme y amarme tal como soy.
-          Cualquier dolor que haya en mi, es sanado con el amor ahora.
-          Estoy seguro y a salvo. Me atrevo a cambiar y a ser renovado.
-          La Vida es Providencia, y la Providencia viene a mi vida.
-          Soy valioso. No existe otro igual a mi. Soy único, y aún con defectos, valgo mucho.
-          (Etc.)

Oración o petición:
“Pido que todas las imágenes negativas conocidas y desconocidas, las creencias no saludables y los recuerdos celulares destructivos, y todos los asuntos físicos resultantes relacionados con………….(poner el asunto(s) en los que estés trabajando), sean encontrados, abiertos y sanados por medio de la Luz y el Amor universal”.
(Cada quien puede elaborar una oración de petición a su gusto)


            Código # 1:

1-      Manzana de Adán – ambas manos
2-      Mandíbula – ambas manos

Recordar cambiar la posición cada aproximadamente 30 segundos hasta completar un tiempo de 5 a 10 minutos mínimo, para el Código completo, o hasta sentir que ya es suficiente.


Código # 2:

1-      Mandíbula – ambas manos
2-      Manzana de Adán – mano izquierda, y Puente – mano derecha
3-      Manzana de Adán – ambas manos
4-      Sienes – ambas manos

Rotar una y otra vez a través de los 4 pasos, hasta sentir que ya es suficiente.
Hacer ambos Códigos 2 veces en el día, como mínimo.

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DÍA 3:    CREENCIAS NO SALUDABLES

            “No hay límites sino creencias”, dice un dicho que no recuerdo dónde lo escuché o leí, pero que me pareció muy cierto. No todas las creencias son iguales… Las creencias que expresan más encierro, estrechez y limitación son las que más enferman al hombre. De esta reflexión podríamos concluir en la siguiente regla inversamente proporcional, que dice: “A mayor limitación, menos salud”.
            Las creencias son pensamientos fijos. Pero el mundo del pensamiento es en sí mismo un mundo limitado, estrecho, si es que se lo compara con la vivencia real de la Vida, que solamente puede ser “sentida”. Por ejemplo, si existiese de repente alguien que no conociese en absoluto lo que es el “agua” y tuviésemos que explicárselo, mostrárselo, seguramente que le podríamos mostrar muchos artículos científicos sobre la composición química del agua y de sus estados líquido, gaseoso y sólido, etc., y fotos donde le mostraríamos al “agua” en ríos, en arroyos, en el mar, en los hielos continentales…; pero nada de todo eso se compararía con el instante en que diésemos a ese ser a beber agua, o al momento de dejar que el agua corra por entre sus dedos y por todo su cuerpo, o a la vivencia directa de experimentar lo que es el hielo, tomándolo con las manos o poniendo un trozo dentro de su boca… Nada de lo anterior se compararía con la experiencia directa… Aunque este ejemplo puede ser de fantasía, sirve para mostrar la diferencia entre el mundo del pensamiento, de la palabra, del símbolo, de la imagen,  y el mundo del percibir y del “sentir”, que es la vivencia directa.

            Podríamos decir que el camino a la curación íntegra es un sendero al despertar de la sensibilidad con todas las cosas.

La vida solo puede ser vivida plenamente si tenemos sensibilidad; quien vive solo en “su cabeza”…, no vive. Lamentablemente esto es lo que suele suceder al ser humano en general, es decir, que nos falta sensibilidad, y por eso elegimos vivir de las creencias. Al hablar de sensibilidad no me refiero a sensiblería, a ser exageradamente ‘emocional’, sino a ser perceptivo y finamente sensible a la ESENCIA DE LA VIDA UNA en todas las cosas. Esto tiene una frescura sin comparaciones y es intransmisible con el pensamiento. Eso es Amor. Pero mientras buscamos la curación para dejar de ser insensibles, y volvernos así sensitivos y abiertos, es necesario ir quitando las capas o “costras” de pensamientos rígidos que impiden la sensibilidad. Es decir que al trabajar en las ‘costras’ de las creencias limitantes para aflojarlas y finalmente quitarlas, estaremos dejando que los rayos de la Luz interna puedan llegar a nosotros. Solamente quitando las “costras” de creencias limitantes podemos llegar a “probar el agua directamente”, sin intermediarios…

Trabajar en las creencias subconscientes que tapan el Sol, es el primer paso.


Creencias limitantes típicas:

-          No soy digno de ser amado. Soy insignificante. Soy imperfecto. (Baja autoestima)
-          No soy capaz. Todo me sale mal. No sirvo. Nunca podré superarme.
-          Soy malo. No soy digno de perdón.
-          La vida es solo sufrimiento y desdicha. (Ignorancia, miedo, derrotismo, negatividad)
-          Todo el mundo está en mi contra. Debo vivir defendiéndome. (Visión distorsionada, miedo, agresión)
-          Los demás deben pensar bien de mí para que yo esté bien.
-          No estoy bien ahora, pero estaré bien en el futuro. (Ilusión, proyecciones, desarmonía)
-          Etc.


Si se observa detenidamente, se verá que todas estas creencias condicionantes negativas tienen un punto en común: que se basan en la creencia de que el hombre es una criatura limitada, pequeña, imperfecta, y como tal, pobre e inclinado al sufrimiento. Este es tal vez el primer error, ya que el hombre es mucho más que su cuerpo físico, que sus emociones y su mente pensante. “El hombre es en esencia Vida ilimitada”, “el ser humano es más que la materia que compone su cuerpo; es Luz en esencia”; pero debe recorrer el camino que lo lleve a ‘vivir’ estos conceptos. De esta reflexión podremos extraer frases positivas, que se acerquen más a la verdad, y que nos podrán servir para nuestro trabajo interno. Veamos:


Enunciados de Enfoque de la Verdad:

-          Soy en esencia Vida ilimitada. Soy Luz.
-          Dejo atrás todos los pensamientos de limitación. Soy un hombre nuevo.
-          Ya no dependo de la aprobación de los demás. Me apruebo y me amo, y soy feliz.
-          Tengo el poder de elegir cómo vivir. Elijo lo mejor para mi vida y mi mundo.
-          Yo puedo disfrutar de cada momento. Soy capaz y dichoso.
-          La vida es gozo y yo puedo gozarla. Me abro a lo mejor, en armonía y paz.
-          Ya he sido perdonado. Sano mis errores pasados atreviéndome a vivir plenamente el ahora, en armonía y paz.
-          Ya no dependo del “afuera” para ser feliz. El Amor de la Vida fluye en mí y me llena cada día.
-          Yo Soy la Luz en mi mente, trayendo claridad y comprensión.
-          Yo Soy la esencia de la Vida. La Providencia viene a mí.
-          Etc.


Pasos para la curación:

-          Investigue en sí mismo y elija la creencia no saludable que ha descubierto para trabajar primero.
-          Elija un enunciado de enfoque de la verdad para tener en mente mientras realiza los 2 Códigos. Si lo prefiere, puede crear usted mismo el enunciado en el cual se basará la cura.
-          Haga la oración de petición para la curación.
-          Haga el Código n° 1, y luego el n° 2.
-          De gracias internamente.


Oración o petición:

“Pido que todas las imágenes negativas conocidas y desconocidas, las creencias no saludables y los recuerdos celulares destructivos, y todos los asuntos físicos resultantes relacionados con………….(poner el asunto(s) en los que estés trabajando), sean encontrados, abiertos y sanados por medio de la Luz y el Amor universal”.   


            Código # 1:

1-    Manzana de Adán – ambas manos
2-    Mandíbula – ambas manos

Al menos 5 a 10 minutos para todo el Código (rotando en ambas posiciones hasta cumplir el tiempo). Repetir 2 o más veces durante el día.


            Código # 2:

1-      Mandíbula – ambas manos
2-      Manzana de Adán – mano izquierda; y Puente – mano derecha
3-      Manzana de Adán – ambas manos
4-      Sienes – ambas manos


Hacer durante 10 minutos aproxim., rotando por los 4 pasos repetidas veces hasta cumplir el tiempo estimado. (El “tiempo sugerido” siempre es ‘el mínimo’, si se hace más tiempo, está bien. Guiarse por el ‘sentir’).